La Casa Grande, se distribuye en varias plantas llenas de carácter. El sótano, completamente diáfano y excavado en la roca viva, conecta con el salón de la planta baja a través de una escalera de piedra y una trampilla, evocando el encanto de las construcciones tradicionales asturianas. En la planta baja, un pequeño distribuidor da la bienvenida y conduce a un salón espacioso, ideal para reuniones familiares o disfrutar de la calidez de en invierno. La cocina, amplia y luminosa, invita a preparar las recetas más típicas de la región. Desde aquí, una escalera lleva a la primera planta, donde se encuentra el único baño de la casa, estratégicamente situado en el descansillo.
En la primera planta, tres dormitorios principales y uno adicional ofrecen espacio para toda la familia, con acceso al bajo cubierta, un espacio diáfano que puede convertirse en estudio, sala de juegos o lo que la imaginación permita.
La Casa Pequeña, cuenta en su planta baja con una cocina funcional y un aseo. En la planta superior, bajo cubierta, dispone de un dormitorio íntimo, accesible por una escalera estrecha que añade un toque rústico y especial.
La casa aunque habitable, tiene muchos años de ahí el estilo rustico, necesitaria adaptaciones para cumplir las necesidades de los nuevos propietarios.
Esta propiedad es mucho más que una casa: es un refugio donde cada piedra cuenta una historia, un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad, tradición y el inconfundible sabor de Asturias junto al mar.